Creo que no me ha visto. No me ha visto. No me ha visto. Estaba muy borracha. Bueno, en realidad no, pero estaba muy sola. Móvil, móvil... Fue simpático, y cariñoso, pero no. ¿Cogerá siempre esta línea? ¡Mierda!


Que no se me olvide comprar pilas. Y maquinillas. ¿Qué parada es ésta?


Ni siquiera me mira. Tampoco es para tanto. Casi mejor. ¿Es ella seguro? Claro que sí, qué tontería. Pero bueno, mejor, joder, yo soy el que debería estar avergonzado, ¿no? Mejor, mejor, mejor...


¡Que puta mierda de libro! No me vuelvo a comprar un best-seller.
Claro que era difícil evitar aquello
las puertas parecían ventanas
las galletas, dragones
los pantalones, desgracias
pero probablemente bastaba con apretar los pies
con desentumecer las manos
para que la sangre no se quedara atascada
en algún punto entre el corazón y la garganta