Quiero ser un viejo de bar
salpicando amargura en su metro cuadrado
derramado en la barra
explicando por qué antes era peor
y ahora es una mierda
escupir rencor
entre los esputos de la tos del tabaco
sin remordimientos
y temblando
luchar contra la crueldad de la maldita próstata
en la soledad del baño
pensando en todo aquello que pudiste hacer
pero no hiciste
y claro
viejo asqueroso
todo habría sido diferente
de vuelta en el vaso de vino
con la barba dura de tres días qué importa
con los ojos hundidos tras los párpados azules
qué importan
los días tambaleantes
qué siempre acaban por terminar

1 comentario:

Anónimo dijo...

Qué tristeza y vacio me producen estos versos tan reales.